Con nombre de flor

Sentadas en un bar
cómplices de nuestras vidas secretas,
no podemos dejar de hablar.

Recordando espiritualidades olvidadas,
intentando enfrentar la madurez…
Siento que se me calma el alma.

Melena rubia al viento
y con nombre de flor,
delicada y auténtica
curiosa de mi intimidad,
partícipe de deseos compartidos.
Gracias por estar ahí.

Vividora de la vida,
sabe que lo esencial es invisible a los ojos,
y que sus palabras vacían mis agobios,
que la gente intenta llenar sin compasión.

Pero con paso firme y valiente
ahuyenta todos mis espejismos,
que solo ella puede entrever
a través de las fisuras de mi ente.

Es algo mágico
el lazo que nos une,
nuestras energías siempre se cruzan
en cualquier rincón de la ciudad.

Sin saber que pensar…
Nos abrazamos
y simplemente nos amamos,
mientras nuestras risas se confunden
ganadoras de nuestra complicidad.

17/09/2010


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